Promover la paz implica garantizar que todas las personas puedan disfrutar de sus derechos fundamentales, sin temor a la violencia o la discriminación, lo que tiene repercusiones directas en el bienestar social y, por lo tanto, es un requisito para el desarrollo sostenible, afirmó Tamara Martínez Ruíz, secretaria de Desarrollo Institucional de la UNAM. La cultura de paz promueve la estabilidad necesaria para el crecimiento económico y el ejercicio de las prerrogativas, como la educación y, por consiguiente, la disminución de las brechas de desigualdad. Los conflictos armados destruyen infraestructuras, interrumpen la producción y desplazan a poblaciones entera, acotó. En este contexto externó: no se puede permitir que el tejido social se debilite, desvanezca o se rompa; por el contrario, se debe proveer una dinámica de bienestar, de ahí que se requiera la contribución amplia y permanente de las instituciones de educación superior (IES), puntualizó en la apertura del Foro Nacional Universitario por la Reconstrucción del Tejido Social. Debemos refrendar compromisos y crear estrategias de cuidado hacia nuestras sociedades. “El guiar de nuestras acciones dentro y fuera de la UNAM debe ir atravesado y desde un enfoque de cultura de paz y desde un clima de respeto”, detalló en el encuentro organizado por la Secretaría de Desarrollo Institucional (SDI) y la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la UNAM, así como por la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), y la subsecretaría de Desarrollo Democrático, Participación Social y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación. En el auditorio Gustavo Baz Prada, del Palacio de la Escuela de Medicina, Martínez Ruíz reconoció el liderazgo de la ENTS, que impulsa los trabajos de cultura de paz y tejido social para este Foro, y que contribuirá a articular las propuestas para la generación de soluciones en ese tema. La SDI, además, colabora para ese fin a través de seminarios y programas universitarios; también “promovemos proyectos relevantes que favorezcan la consolidación de espacios de colaboración académica, cuyos resultados respondan a los desafíos de la educación superior y a las necesidades de la sociedad mexicana”, enfatizó ante Nashieli Ramírez Hernández, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México. La subsecretaria de Desarrollo Democrático, Participación Social y Asuntos Religiosos, Iris Mariana Rodríguez Bello, señaló que la construcción de paz y la reconstrucción del tejido social son tareas que nos convocan a todos; con determinación y colaboración podemos lograrlo. La funcionaria consideró que las universidades deben extender su impacto más allá de las aulas, involucrándose activamente con las comunidades; los programas de extensión, y de servicio social y comunitario, son vitales para generar un vínculo directo entre la academia y la sociedad, promoviendo así la solidaridad y el apoyo mutuo.