La falta de infraestructura fronteriza en el lado mexicano y la creciente influencia del crimen organizado ponen en riesgo las oportunidades económicas derivadas del nearshoring. Asimismo, la relocalización de la inversión estadounidense en China y la rearticulación de las cadenas globales de valor plantean desafíos y oportunidades para México, por lo cual es fundamental que los especialistas exploren estas cuestiones con detenimiento, coincidieron académicos en la UNAM.

En el Seminario Internacional América del Norte en el nuevo orden mundial: Desglobalización y conflictos geopolíticos, la directora del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN), Graciela Martínez-Zalce Sánchez, expresó: este es un momento crucial de la coyuntura mundial, en el que los conflictos geopolíticos internacionales han adquirido relevancia ya que han propiciado una dinámica de desglobalización.

Lo anterior se observa en la guerra comercial entre Estados Unidos y la nación oriental, así como en las sanciones económicas a Rusia por su intervención en Ucrania. “La interacción entre actores nacionales e internacionales es un fenómeno complejo que está llevando a una reconfiguración de las relaciones económicas y políticas en el ámbito global, con repercusiones” en esta región de América, consideró.

La relocalización de la inversión estadounidense en China y la rearticulación de las cadenas mundiales de valor plantean desafíos y oportunidades para México, señaló Martínez-Zalce. “En este contexto global cambiante hay que destacar que el nearshoring no debe ser una estrategia aislada, sino ir de la mano con políticas económicas integrales que promuevan el desarrollo sostenible”.

La responsabilidad social de la labor académica del CISAN y de la UNAM tiene relevancia en este sentido. El análisis de los conflictos geopolíticos a nivel internacional es enriquecedor y otorga las herramientas necesarias para enfrentar los retos y demandas de un nuevo orden mundial. “Los investigadores tenemos la responsabilidad social de ser referentes para quienes participan en la toma de decisiones y el diseño de políticas públicas”, opinó.

Durante los trabajos del seminario expuso que destacan temas claves como conflictos geopolíticos internacionales; desglobalización y reglobalización; integración en América del Norte; relocalización y perspectivas del nearshoring; además del papel del T-MEC en el nuevo panorama internacional.

Relación bilateral

En la conferencia inaugural, Luis Coronado Guel, de la Universidad de Arizona, Estados Unidos, rememoró que en el caso de la integración entre México y EUA hablamos de un proceso histórico que ha tenido disparidades; complejo en términos culturales y económicos; político e ideológico, que ha puesto en evidencia marcadas diferencias.

Los procesos de integración son un entramado complicado, histórico, que se ha transformado con el tiempo en los ámbitos social, cultural y económico; en la actualidad enfrenta ventajas y desventajas, retos y oportunidades, opinó el académico.

La relación bilateral sigue teniendo tensiones y retos; empero, le estamos pegando parches al problema, en lugar de tener un diseño de política planeada de largo alcance.

El experto mencionó que las crisis de seguridad y migración actuales socavan las prácticas democráticas, lo cual es preocupante, ya que “se coloca al centro del debate y polariza a los electorados”.

La principal propuesta que atrajo electores a Donald Trump fue el muro con México; obtuvo una ganancia política, independientemente de si se construyó o no, recordó Coronado Guel.

En México hay polarización porque tenemos una crisis migratoria derivada de una serie de compromisos, no necesariamente abiertos, adquiridos por el gobierno mexicano para constituirse en país seguro para refugiados; sin embargo, vemos falta de infraestructura y debate en torno a lo que se tiene que hacer o planear.

La falta de infraestructura fronteriza y la creciente influencia del crimen organizado ponen en riesgo las oportunidades económicas derivadas del nearshoring, sostuvo Luis Coronado.

La retórica “anti-yankee” y las alianzas actuales del Estado mexicano con algunos países latinoamericanos han enrarecido la cooperación diplomática. Además, los indicadores económicos actuales, incluida la adquisición de deuda y el proceso electoral que se avecina en ambos países podrían desalentar el curso de la integración, subrayó.

Hasta el momento no observo que en las plataformas políticas de candidatos exista un plan integral que se enfoque en las fronteras y que pudiera tomar ventaja del nearshoring, puntualizó Coronado Guel.

En la relación entre ambas naciones están presentes la guerra contra el crimen organizado, la crisis del fentanilo y las empresas productoras de armamento, donde se tiene poco control en la venta de armas a bandas criminales en México. No obstante, no he visto en lo que va del siglo ni en programas políticos de candidatos un programa a 50 años para establecer un control de la frontera, concluyó.