La sequía que afecta severamente a los estados del norte de México es causada, principalmente, por “La Niña”, fenómeno climatológico extendido inusualmente por tres años consecutivos desde 2020 y se mantendrá hasta finales de 2022. Además, hay aspectos sociales que inciden en la profundización de la crisis por falta agua, expusieron especialistas de la UNAM.

“Climatológicamente es algo muy raro; teníamos más de 20 años sin que se prolongara tanto ese fenómeno. Esto impacta en la disponibilidad de agua en el norte y cambia los patrones de vientos y lluvias a nivel mundial”, aseguró la investigadora del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático, Christian Domínguez Sarmiento.

Las anomalías frías de las temperaturas superficiales del Océano Pacífico tropical ocasionan que durante el verano llueva mucho en el centro-sur del país, principalmente en los estados del Golfo de México, y que en el invierno no haya precipitaciones, de manera especial, en el norte, describió la investigadora como las características de “La Niña”.

Citó reportes de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), donde se indica que ha llovido 20.8 por ciento menos en el país desde el 1 de octubre de 2021 hasta el 29 de mayo de 2022, con respecto al promedio histórico para ese mismo periodo.

Además, el informe más reciente del Comité Técnico de Operación de Obras Hidráulicas (emitido el 31 de mayo de 2022) señala que ninguna de las 210 presas principales de México estaba al 100 por ciento de su llenado: 117 a menos de 50 por ciento; 61, entre el 50 y 75 por ciento de su capacidad; y 32 estaban arriba del 75 por ciento sin alcanzar su capacidad total.

Las del Sistema Cutzamala (El Bosque, Valle de Bravo y Villa Victoria) usadas para abastecer parte de la Zona Metropolitana del Valle de México se encontraban al 42.7 por ciento de su nivel de llenado, 17.4 por ciento menos que el histórico para esa fecha.

“Al haber menos lluvias, la radiación entra de manera directa al territorio mexicano y hace que se evapore el agua, lo que genera que se reduzca el nivel de las presas”, expuso la investigadora del Departamento de Ciencias Atmosféricas.

Detalló que el Servicio Meteorológico Nacional reporta que 77.68 por ciento de la nación tiene alguna condición de sequía, y 32.42 por ciento se encuentra en sequía severa, aunque este último porcentaje es menor al registrado en 2021, cuando 54.8 por ciento del territorio nacional estaba en esa condición.

“Aunque el porcentaje del territorio bajo estas condiciones de sequía severa es menor, el problema está muy focalizado en los estados del norte. Ha existido mayor entrada de radiación directa, en comparación con el promedio de 1981 a 2010 en Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, parte de Chihuahua, Sinaloa, un poco de Sonora, San Luis Potosí, Durango y Zacatecas”, abundó.

De acuerdo con los escenarios a futuro sobre el cambio climático, Domínguez Sarmiento estimó que las regiones del norte sufrirán sequías más frecuentes y extremas. Por ello, es importante que los tomadores de decisiones utilicen los pronósticos climáticos, que permiten –con tres meses de antelación– saber cómo vendrá la temporada de lluvias, así como conocer cuándo habrá menos lluvias que el promedio histórico y determinar medidas preventivas.

Respecto a la crisis de agua que vive la ciudad de Monterrey, Nuevo León, la tercera urbe más importante de México, la experta universitaria consideró que es adecuado construir una tercera presa –adicional a El Cuchillo y Cerro Prieto– para dotar del líquido, aunque la media no resolverá el problema de sequía a largo plazo, como tampoco lo harán las medidas de emergencia, como trasladar agua de un estado a otro.